Empieza por descartar de plano la posibilidad de tener sexo con ella.

No la busques, no la mires, es tu compañera de casa, solo por circunstancias dela vida estás con ella.

Luego, comienza a mirarla. Cuando no te vea, fíjate en ella.
Mira sus piernas, su cuello.

Date cuenta de su cola, sus nalgas redondas que ejercita frente a ti. Observa que no lleva ropa interior.

Mira sus tetas, como se mueven. Mira la firmeza de sus pezones. Mira su boca.
Imagínatela chupando tu pene.

La imaginaste? Comienza a hacerle comentarios inocentes.
Comienza a darle doble sentido a lo que dice, mide sus respuestas.

Recuerda que las mujeres dicen más con sus actos que con sus palabras.
Observa su comportamiento cuando dices esas cosas. Y si vez que respira un pocomás hondo, continua.

Cuida de ti, come bien, duerme bien.
Ejercítate.
Paséate frente a ella. Muéstrale tus piernas, tus abdominales.

Mírala mientras ella hace ejercicio, y de vez en cuando deja que te descubra.
Comienza a tocarla inocentemente, recuerda que ante todo eres un caballero,nunca la forzarás a nada ni abusarás de su confianza.

Mira como comienzas a tener un pequeño lugar en su mente. Mira cómo te sonríe.
Mira como de repente ella comienza a tocarte inocentemente.

Ya conseguiste que no te vea más como parte de su paisaje. Ahora eres un “quizá”aunque aún es muy pronto para que proponerle que se baje su pantaloneta, su tanga, que se ponga en cuatro y llenes su vagina con tu verga.

Ten paciencia.

Ahora llegó el momento que esperabas.
Tendrás que confiar en tu instinto, calibrar tus acciones, tus palabras.


Mirala a las ojos. Despidete de ella como todas las noches.

Deja qu pase algun tiempo, deja que la casa se llene de silencio y revisa si está conectada. Seguramente lo está.

Escribele como le escribirias a una vieja amiga, solo quieres saber como está, asi apenas un segundo la hayas visto. Despacio, palabra por palabra, deja que sea ella la que se de cuenta de tus intenciones.

Creeme, ella ya sabe que quieres.

A medida que la conversacion avanza, acaricia tu pene. Siente como crece dentro de tus boxers.
Revisa sus fotos, recuerda su figura. Excitate y deja que tu excitación lleve la conversación.

Pronto ella te confesará que si, le encanta hablar de sexo, y que también está tocandose.
Pidele que inicien una videollamada.

En silencio, acomoda tu celular. Despacio tocate mientras ves sus ojos. Te devoran.

Saca tu pene. Mira su cara de sorpresa. Mira como se muerde los labios.

Termina la llamada.

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En la mañana, sigue tu rutina.
Haz ejercicio, prepara el desayuno. Ve a trabajar.

Prepara el almuerzo.
Come tu almuerzo.

Espera que la casa esté sola.

Siente el denso ambiente en el aire. Siente el calor que entra a tu cuerpo.
Siente las palpitaciones de tu corazón que late fuerte, que se quiere salir del pecho.

Sabes que es el momento que construiste. No es una casualidad lo que pasará, lo armaste paso a paso. Ella también está decidida, aunque no lo demuestre te convertiste de ese "quizas" a ese "ay dios" y solo espera que des el primer paso.

Solo debes llamarla a tu cuarto.
Allí esta ella. En la entrada.
La invitas a pasar y ella disimula sus nervios, entrando casi atropeyadamente y acercandose a ti. Mirala profundamente y cuentale sobre la excusa que te investaste para verla. Tu estas sentado frente a tu computador, ella de pie, a tu lado.
Ella muerde suavemente sus labios y su respiración va entrecortada. Nota su pecho como sube y baja. Nota sus mejilllas sonrojadas.
Deja que pasen un momento, que la tensión suba.
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Acaricia su mano y escucha la profunda respiración. El aire que exhala llega a ti cargado de deseo.
Levantante despacio, huelela un poco.
Acerca tu cara a ella sin soltar su mano. Mira esos ojos que se vuelven enormes.
Besala, mojando sus labios. Despacio.
Acerca tu cuerpo, deja que sienta el tuyo.
Tu pene está completamente erecto y ella deja escapar un pequeó gemido.

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-"Que haces?" te pregunta en un suspiro y traga pesadamente saliva.
-Tu sabes. Quieres? le contestas.
-Si, te responde usando sus ojos, sus labios y su cuerpo. Una afirmación completa de sus intenciones.


Así que ahi están los dos en la ardiente tarde tropical, parados junto a la cama. Tu tomas su mano y la acercas a tu entrepierna. Ella te acaricia y te mira.
Te besa con ganas, te muerde te agarra. Sus besos saben a la frescura que sientes cuando besas a alguien por primera vez. Siente su aliente cargado de deseo y su cuerpo que tiembla un poco.

La miras y con fuerza haces que se siente. Ella te mira desde allí abajo-

Su boca está a la altura de tu entrepierna.
Agarras su pelo también con fuerza.

Ya ambos se dan cuenta de la dinámica y el rumbo que tendrá este encuentro.

Ella con cautela baja tu pantaloneta, tu boxer. Se quita sus lentes, empañados.
Te vuelve a mirar y te lo comienza a chupar

Sientes por primera vez sus labios en tu verga, sientes su lengua. La tienes grande, te enorgulleses de eso, porque vez como ella debe abrir bastante su boca para hacer que entre, y aún así mas de la mitad queda por fuera.

La vez ahi, completamente entregada a darte placer.

Ella gime, suspira. Tu sostienes su cabeza y la penetras mas duro.
A ella le gusta y te deja, casi que te anima a que abuses así de su confianza.

Son los dos y la tarde tropical ardiente. La casa en silencio completo, casi que se escucha la madera crujir de sofoco.

Agarras tu verga con tus manos. Está muy dura, como no estarlo. y mientras ella se limpia su boca le das una cachetada con tu verga.

Sonrie. Le encanta. Tus sospechas eran correctas. Ella será tu compañera de apartamento, si, pero también de esta aventura.

Vuelves a hacerlo, vuelve a sonreir. Ahora t mira desde allí girando un poco su cara, mostrandote sus rasgos latinos, sus ojos grandes, su boca jugosa.

Ella se pone de pie y le arrancas su camiseta.
No tiene brasier. Es superfluo.

Sus tetas, redondas, firmes.
Sus pezones, firmes, erectos, color del café.

Los muerdes, y amasas con tus manos sus senos, descontrolada y salvajemente.
Su pantaloneta se cae, su ropa interior, casual.

La bajas y descubres su sexo, sus perfectamente pintados labios con un sutil vello púbico que protege esa área.

Allí está, esa criatura hermosa, desnuda, sedienta. arrecha y feliz.
Te quiere dentro de ella.
Su vagina palpitante exige tu verga.

Y tu estás allí para complacerla.